-Inmigración y cultura: Una breve relación desde el caso de un Senegales detenido por retener director del SOIB en Palma de Mallorca.

Publicado en por Andrés Poveda Alarcón

ver noticia

1-vine-a-tu-pais-por-que-tu-pais-destruyo-el-mio-jpg

Quizás para unas cuantas personas sea una particularidad el hecho de que un hombre de 46 años de nacionalidad senegalesa detuviera contra su voluntad al director del SOIB, de sa Porta des Camp, el 3 de marzo del 2009, ante la desesperación de perder su derecho a la prestación por desempleo. Quizás para otras cuantas el “ERROR” de marcar la cartilla del paro, según su costumbre, según se hace en su país, le imprima un tono de jocosidad justificadora. Pero detrás de la singularidad de este hecho “macondiano” se puede ejemplificar una realidad de la que hay mucho que pensar, la relación inmigración – Cultura.

 

Cuando se habla de la cultura de los inmigrantes se hace alusión a manifestaciones como el folklore, el idioma, incluso el color de la piel, los fenotipos y aquellas prácticas institucionalizadas que llamamos costumbres. ¿Pero es la cultura la que dificulta la integración social y laboral de la persona inmigrada? o es ¿la interpretación de lo que creemos que es cultura? lo que impide dar el paso de la aceptación y negociación de las diferencias en materia de integración.

 

Desde nuestra concepción, la cultura es un entramado de significaciones, todo individuo hace uso de esta para comprender la sociedad, para desenvolverse en ella y para dar solución a los avatares de la vida cotidiana. La cultura es la constante construcción que hacemos para el entendimiento y desenvolvimiento en el mundo que nos rodea, como todos los seres humanos hacemos esa construcción, eso nos hace iguales.

 

Con la persona inmigrada llega su cultura (su entramado de significaciones), su percepción del mundo, las maneras de enfrentarlo, de vivirlo, de expresarlo, sentirlo y sobre todo las palabras para ponerse en dialogo con el y en el. De ahi que al confrontarse las culturas se origina en la persona inmigrada reevaluaciones frente a lo propio, lo ajeno, lo apropiado y lo impuesto que generan sentimientos de perdida, insatisfacciones y dificultades de adaptabilidad social que se traducen en lo que algunos llaman el duelo migratorio y otros engloban a las pseudo patologías del reconocido Síndrome de Ulises.

 

Desde el punto de vista del lenguaje, es notoria la propuesta institucional al aprendizaje de la lengua castellana o mallorquín como sinónimo de integración, lo que no es muy notorio, es la respuesta a la problemática que surge de la pluralidad de sentidos que adquiere el universo lingüístico de los neo/castellano parlantes; en el sentido de que muchas palabras, conceptos y/o términos (por no mencionar los actos y acontecimientos) para un buen numero de las personas inmigradas no son homologables a los significantes que se utilizan y tienen en el país de acogida.


 No se trata de que se tenga que cambiar de terminología por otra que pueda entender la población inmigrada y caer en luchas de reivindicaciones dialectales que distancie a un mas los guetos, si no de  tener en cuenta la diversidad (ser consiente del proceso que tarda superar la dualidad a la que se enfrenta la persona inmigrada cuando confronta sus significantes “poner la fecha según su país y no el país receptor” con los nuevos significados); de no dar por terminados los procesos de las iniciativas que buscan promover la aprehensión de las nuevas lenguas, y valorar cada día mas la necesidad de unas politicas clarasde integración y el papel de la medición intercultural.

 

Una mediación con incidencia, no asistencialista, que vele no solo por solución de las problemáticas de las personas que acuden a ella, si no de los colectivos que representa. Una mediación que no descentralice los servicios públicos y que sea un canal de dialogo entre el inmigrante y las instituciones. Una mediación, que búsque la creación de nuevas iniciativas y perfile su "que hacer" a la creacion mancomunada de políticas publicas.

 

La particularidad de las problemáticas, por pintorescan que parescan, debe conducir a la solución de los problemas de los colectivos inmigrados y a la socialización de que la cultura va más allá de la puesta en escena del folklore de otras latitudes. Por que la cultura es contexto, la construcción que emerge de nuestras voces disidentes.

 

 

 

 

Etiquetado en Inmigración

Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post